viernes, 5 de noviembre de 2010

Días de encuentro

Habrá que realizar una nueva síntesis política. Muchos sectores denominados “progresistas”, de izquierda o del campo popular deberán forjar nuevo análisis sobre lo acontecido en los días 27, 28 y 29 de octubre del 2010. La muerte de N. Kirchner provocó que una marea humana salga a las calles.

Por esos días los medios centrales de Bs. As. cambiaron la programación habitual para dar paso al “aluvión zoológico”. Ninguno de los canales que más miden abandonó la incesante caravana de personas que necesitaba despedir a este referente político.

Aparece en el encuadre televisivo un pibe de treinta y pico con su hijo de 3 años a cogollito que dijo “esta bien el romanticismo sobre el Che Guevara y sus ideales. Pero hoy lo que tenemos es este modelo y hay que defenderlo, aguante Cristina”

Sobre la gente ocupando las calles existe un antecedente inmediato que fueron los días de mayo de este año, en los luminosos días del Bicentenario, cuando también el pueblo se volcó a festejar en las calles. Esa voluntad de salir, de estar en un mismo lugar con el otro, hizo los días más hermosos en mucho tiempo. Quizás halla que remontarse a unas décadas atrás. Tuvieron que pasar más de 37 años, desde aquel 20 de junio de 1973, cuando Perón regresaba al país para ver tanto pueblo movilizado.

Es raro como nos comportamos en esos días de coincidencias, de encuentros azarosos, todos entendemos al unísono salir a la calle por sensaciones que nos trascienden y dispara la coyuntura.

Nadie toca pito, nadie da la orden, y uno esta donde hay que estar, porque la calle será siempre el escenario de quien la ocupe y se manifiesta por su derecho a existir, a reclamar, festejar o compartir un desconsuelo.

Se trata de una batalla cultural. Este es el momento de tomar las calles, recuperar el espacio público y lo público, antes de que sea ocupado por los medios y vuelvan los noventa pero peor

La función primera de una sociedad (y en gran medida es responsabilidad del modelo político) es crear tejido social. Una sociedad que no se teje a sí misma que no se convierte en tejido, es una sociedad que ni siquiera merece ser calificada de funcional e integrada. Esas personas ocupando la plaza están tejiendo el futuro de nuestro país. Y esta vez quien los convocó sin aviso fue Néstor.

Un periodista como Rodolfo Walsh dijo en los años 70 sobre los extraviados "que parecen un patrulla perdida". Lamentablemente todavía hay muchos que siguen encolumnados atrás de esa patrulla y nunca vieron dónde esta el pueblo. Extraña ver a quienes se consideran ser parte del campo popular desaprovechar esta inmejorable posibilidad de forjar este país.

La realidad de ese sueño dorado no se halla en ningún lugar, no se compra, se construye, con más ciudadanía, con más participación, un país para todos es responsabilidad nuestra, de todos.

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