domingo, 16 de enero de 2011

Sobre los jóvenes y la inseguridad

Hace tiempo notamos que los hechos políticos y sociales van por un carril y en gran medida los medios de comunicación por otra vía. Es bueno aclarar que nada dice que deban sonar al mismo tiempo o tocar la misma música. Tampoco sé si esto preocupa o debe tener un abordaje académico. Pero sí notamos que una gran cantidad de hechos luminosos son ignorados por cadenas importantes de medios.

No conocemos cómo se estructura o se piensa un medio diariamente, si entendemos que existen muchas tareas anónimas que son tristemente ocultadas.

Cuál debe ser el punto de partida en la tarea de un periodista, creemos sin temor a equivocarnos que un aspecto debe ser el medir un hecho por la cantidad de personas que incluya. En este sentido hay flagelos o realidades cotidianas que abruman a los ciudadanos.

En estos tiempos parece que la “inseguridad” es un tema excluyente, al menos es lo que aparece con muchos segundos radiales o de TV con varios centímetros de papel en los medios gráficos. Aunque siempre o casi siempre se trata de informes sin abundar en detalles para tratar de comprender su origen o dar pautas que contextualicen esta supuesta situación de desamparo urbano ante la “delincuencia organizada”.

También es muy común escuchar de boca de la gente que “el pibe estaba puesto o falopeado en el momento del atraco”. La droga, el consumo de sustancias figura que siempre está unido al ladrón. Además que son pibes y siempre están drogados. Estos dos aspectos son vulgar y diariamente repetido por los medios y las personas.

Creemos que de esta manera se pierde la posibilidad de contextualizar un hecho punible y además se estigmatiza a los jóvenes con la delincuencia.

Estas dos definiciones son fácilmente comprobables en la difusión de noticias sobre la “inseguridad”.

Ahora bien, desde el año 2008 venimos desarrollando un curso de formación de “Preventores Juveniles” en la provincia de Santa Fe, quizás abordando los perfiles más infaustos de los jóvenes, que son violencia y adicciones. Además se dicta para pibes de 13 a 18 años y se tocan las distintas formas de violencia que ejercen.

En el curso tratamos de desentrañar cuáles son los móviles y razones que impulsan a los adolescentes a comportarse de tal o cual modo. No está de más señalar que mucho tiene que ver con los adultos, pero ese es otro tema.

En el 2010 realizamos esta formación en 17 localidades de la nuestra provincia, accedieron a este curso más de 700 pibes; hicimos un cierre el 4 de diciembre con más de 400 de ellos donde cada grupo realizó una síntesis de lo producido y poco o nada apareció en los medios.

El curso está en marcha, lo vamos a repetir y también a multiplicar en este año, pero uno siente que los medios fueron injustos. Por qué? Porque entendemos que uno de los grandes vacíos provinciales para ir avanzando sobre el tema de la “inseguridad” es descontar ese abismo entre los pibes que delinquen o consumen. Asimismo sabemos que este curso no es la solución definitiva, pero estamos convencidos que es uno de los modos. Quienes ejercemos roles legislativos, deliberativos sobre problemas que acucian a nuestra sociedad muchas veces sentimos que los medios saborean la espuma, pero pocas veces lo que está en el fondo del vaso.

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